Sobre Lola Rebel
La Vida de Lola Rebel
Lola Rebel (María Dolores Morón Rebel) nació con la fuerza y la pasión que hoy respiran sus cuadros. Su vida siempre ha estado marcada por el coraje y la libertad. En plena Dictadura, ya defendía los derechos de la mujer con una determinación que la convirtió en ejemplo de independencia y valentía.
Antes de entregarse al arte, la artista malagueña ejerció como matrona durante décadas. Acompañar nacimientos le enseñó a mirar la vida con una sensibilidad única, la misma que más tarde volcó en sus lienzos. La pintura llegó de manera autodidacta, como un impulso irrefrenable de dar color a todo lo que llevaba dentro.
Su condición de persona con baja visión, y su afiliación a la ONCE, no ha supuesto una barrera, sino todo lo contrario: ha transformado su mirada en un lenguaje propio. Esa forma de percibir la luz, las texturas y las emociones se ha convertido en el sello que define su estilo impresionista, lleno de energía y vitalidad.

Cada obra de Lola Rebel es un acto de superación y autenticidad. Sus cuadros no solo transmiten belleza, sino también resiliencia, libertad y vida. Son el reflejo de una mujer que ha hecho de su historia personal un grito de color, un puente entre el arte y la inclusión, una invitación a mirar más allá de lo evidente.
Con un estilo impresionista propio, su obra se caracteriza por la intensidad del color, la expresividad de las formas y una profunda conexión emocional con quien la contempla.
Ella misma se define, ante todo, como una mujer libre: “Yo no pertenezco a nadie, he nacido libre.” Esa convicción vital impregna su arte y su trayectoria, marcada por la fuerza, la pasión, la vida y la libertad.
Su compromiso va más allá del lienzo. Afiliada a la ONCE, Lola se ha convertido en referente de inclusión artística, promoviendo la expresión creativa entre personas con discapacidad visual y compartiendo su experiencia con niños y jóvenes en actividades culturales y educativas.


Filosofía y Referentes
La filosofía artística de Lola Rebel nace de una convicción firme: el arte no solo representa lo que se ve, sino lo que se siente. Su conexión con el impresionismo le permite transmitir emociones y atmósferas que trascienden la realidad visible, convirtiendo cada obra en un acto de expresión vital.
Pero más allá de estas grandes figuras, una voz resuena con más fuerza: la de su padre.
“Mi padre me enseñó que el trabajo, el esfuerzo y la constancia, era lo único que te hacía libre, y conseguir tus metas.”
Esta herencia se convierte en el eje de su vida y de su arte: trabajar, luchar y crear desde la libertad, con la certeza de que cada pincelada es también una afirmación de independencia, pasión y autenticidad.


Su Voz en Cada Punto: La Técnica del Punteo
Para la artista malagueña, el arte no es solo lo que se ve, sino la forma en que se siente y se crea. Su voz, su manera de contar historias, la encontró en una técnica que va más allá de un simple trazo: el punteo.
Como ella misma describe, la matemática lo es todo: la pintura, la escultura, la arquitectura, la música. Lola adapta esa geometría al lienzo de forma autodidacta. Es una técnica que ella reconoce en los grandes maestros , y ha afirmado que Miguel Ángel «ya punteaba a su manera» en la Capilla Sixtina y que Leonardo «es el único que explica de verdad el sistema del punteo». Para ella, el punteo es un diálogo constante entre la precisión y la libertad, y lo utiliza para realizar sus cuadros y para enseñar a sus alumnos.
